Mientras el movimiento a favor del aborto, representado por la Marea Verde, avanza en la región, la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo sigue siendo un tema pendiente en la mayoría de países latinoamericanos.
Recientemente, se llevó a cabo el VII Encuentro Latinoamericano contra el Aborto Inseguro en la Ciudad de Panamá, organizado por el Consorcio Latinoamericano contra el Aborto Inseguro (CLACAI). En este encuentro, cientos de organizaciones, profesionales de la salud, abogados, periodistas y activistas se unieron para debatir y compartir la situación del derecho de las mujeres a tener un aborto seguro, público y gratuito en toda la región.
Aunque ha habido notables avances en países como Argentina, México y Colombia, donde se ha logrado la legalización del aborto en ciertas circunstancias, aún existen graves restricciones en otros lugares. Países como Honduras, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana, Haití, Surinam y Jamaica mantienen prohibiciones absolutas para el aborto, incluso en casos de violación, peligro para la vida de la mujer o malformaciones fetales.
Además, durante la conferencia, se presentó el informe “Leyes y Sombras. Regulación del aborto en Latinoamérica”, que reveló que en varios países existen matices legales que, aunque permiten el aborto bajo ciertas causales, terminan creando obstáculos para acceder a este derecho. La brecha entre la redacción de las leyes y su aplicación efectiva es una limitación para que las mujeres puedan ejercer sus derechos sexuales y reproductivos.
La telemedicina y los grupos de acompañamiento para abortar en casa con medicamentos han surgido como una alternativa para miles de mujeres que viven en lugares distantes de un hospital o en países con legislaciones restrictivas. Estos avances en la atención médica han mejorado el acceso al aborto seguro y de calidad en todo el mundo, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Es crucial desestigmatizar el tema del aborto y enfocarlo desde perspectivas de salud pública, autonomía y derechos humanos. Superar los obstáculos legales y culturales sigue siendo una lucha constante para avanzar hacia una mayor justicia reproductiva en la región. Como señala la activista Morena Herrera, es esencial trabajar juntos para que nadie se quede atrás y para garantizar que todas las mujeres tengan acceso a servicios de aborto seguros y legales.
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