“El mejor atleta del mundo firmó oficialmente por el Al Nassr”, anunció casi en la medianoche árabe el nuevo equipo de Cristiano Ronaldo, que se ha vinculado para jugar los dos próximas temporadas y media en la Liga Profesional Saudí. El astro portugués da un giro a su carrera y sale del gran escenario europeo a un mes de cumplir los 38 años. Si tenía alguna duda sobre la decisión apuntan diversas fuentes que se habría convencido con un astronómico contrato que rondaría los 200 millones de euros por temporada. Llega a un equipo que marcha segundo en el campeonato y que ganó su última liga hace cuatro años. Le entrenará el galo Rudi García, que no hace mucho pudo haber sido su entrenador en el United, y tendrá como compañeros a futbolistas como el meta colombiano Ospina, el central español Álvaro González o el delantero camerunés Vincent Aboubakar.
Cristiano llega a Arabia tras una abrupta salida del Manchester United, del que se fue tarifando tras una entrevista televisiva en la que cargó contra propietarios, entrenador e incluso dejó entrever su insatisfacción con la actitud de varios compañeros. En ese encuentro con el periodista inglés Piers Morgan apuntó que el verano pasado había desechado una oferta procedente de Arabia que le ponía un contrato de 300 millones de euros sobre la mesa. Ahora se marcha tras marcar 701 goles en su trayectoria en Sporting, Manchester United, Real Madrid y Juventus, después de 118 tantos más en 196 partidos con la selección portuguesa, de la que fue tótem durante casi las dos últimas décadas y en la que perdió la titularidad en el pasado Mundial.
El Al-Nassr es un grande de Arabia, un histórico de la Liga de su país, pero no juega esta temporada la Liga de Campeones asiática, pero CR se mostró ilusionado por su nuevo reto: “Estoy encantado con una nueva experiencia en una liga diferente y un país diferente, la visión que tiene Al Nassr es muy inspiradora. Estoy muy emocionado de unirme a mis compañeros de equipo y de ayudar a lograr más éxitos”. El presidente de su nuevo club apuntó que el futbolista portugués es un modelo a seguir para los jóvenes y los atletas y avanzó que su fichaje permitirá al deporte saudí lograr éxitos para las generaciones futuras.
En su nuevo destino Cristiano Ronaldo encontrará la exigencia de un club al que sólo le vale ganar y con una amplia masa de seguidores. En breve tendrá que evolucionar además en condiciones ambientales duras y adaptarse a una sociedad y una cultura muy diferente a la que está acostumbrado. “¡Yo tenía al príncipe en el banquillo!”, explicó el gallego Raúl Caneda a este diario al repasar su experiencia como entrenador del Al-Nassr en dos etapas, en 2014 y 2016. Caneda describe un entorno competitivo en Riad, la capital saudí en la que tiene su sede el nuevo equipo de Cristiano. “La liga es de un nivel de Primera. Más que nada porque la normativa permite tener a siete extranjeros por equipo y la mayoría tienen mucha calidad. La pasión de la gente es similar a la de Turquía”, apuntaba el técnico gallego. En los estadios pueden entrar mujeres desde hace cuatro años, pero no es habitual que vayan en gran número a la grada.
El Al-Nassr está patrocinado por Qiddiya, una empresa vinculada al mundo del entretenimiento que depende del fondo soberano de Arabia Saudí, el mismo que detenta la propiedad del Newcastle. En realidad el control gubernamental de los clubs de fútbol es férreo. Arabia apunta a organizar el Mundial de 2030, en competencia con el proyecto en el que participa España y acaba de firmar un acuerdo con Leo Messi, que se ha convertido en embajador del turismo del país.
Arabia es un destino goloso. Los ingresos son netos porque los futbolistas no pagan impuestos. Cristiano cobrará bastante más que en el Manchester United, donde se apuntaba que percibía 30 millones de euros al año. Allí renunció a lo que le quedaba de un contrato que vencía el próximo mes de junio. Dijo que se sentía incómodo porque los propietarios carecían de empatía y el entrenador Erik Ten Hag no le respetaba. Se quejó porque le puso a jugar el tiempo añadido en un partido de la Premier League. Ahora hará caja en el que se apunta como su último destino en el fútbol. O no.
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