Derrames de aguas negras en el Mar de Cortés provocan crisis sanitaria y ambiental | Prisma por David Omar Guirado V.

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Derrames de aguas negras en el Mar de Cortés provocan crisis sanitaria y ambiental | Prisma por David Omar Guirado V.

El tema de las aguas residuales vertidas al mar de Cortés, es un asunto que no pueden soslayar las autoridades del Estado de Sonora, cuyos planes contemplan detonar el puerto de Guaymas como un centro logístico y turístico.

Tanto Guaymas, San Carlos y Empalme atraviesan por una crisis sanitaria de drenaje, pues durante décadas viven con un sistema de drenaje colapsado que desemboca en las calles de la entidad y en el mar de Cortés.

En verano del año pasado, las calles principales en Guaymas se inundaron de aguas negras que emanaban de tuberías colapsadas y bombas de agua descompuestas.

Cuando estas aguas se secan, se convierten en polvo cuyas partículas al aire terminan en la boca, alimentos y ojos de los habitantes del puerto. Esto ha provocado un alza en casos de conjuntivitis y enfermedades gastrointestinales por la exposición a materia fecal.

Las pruebas de calidad de agua elaboradas en las lagunas de oxidación donde se tratan las aguas negras, por la Comisión Estatal del Agua y la Semarnat revelaron niveles de bacterias fecales cien veces por encima de las normas oficiales. Las aguas correspondientes al sector doméstico son arrojadas al mar aún sin tratarlas previamente. Esto, sin contar las aguas industriales, por ello es difícil dimensionar el impacto ambiental a corto y mediano plazo.

Debido a la creciente popularidad de la región y el incremento exponencial de habitantes en la región costera, agrava aún más la situación.

Una amenaza al sector turismo

El Mar de Cortés es conocido por sus atardeceres incomparables, hermosas playas cristalinas, actividades como pesca, snorkeling y senderismo en el desierto. Jack Cousteu lo llamó el acuario del mundo.
Podríamos afirmar que Sonora es un titán dormido en materia de turismo y es bien sabido que existe un gran interés por parte de las autoridades de la administración estatal encabezada por el Gobernador Alfonso Durazo para explotar este rubro.

El sector turístico como actividad económica representa más del 8.7% del producto interno bruto del país y para Sonora el mismo rubro significa hasta el 6% del PIB, que genera el 7% del empleo según cifras del INEGI.

En noviembre del año pasado, el gobierno estatal declaró estado de emergencia y zona de desastre sanitario ecológico al puerto de Guaymas.

El Boletín Oficial exhortó a la Secretaría de Hacienda a través de la SIDUR y, está a su vez, del Consejo Estatal de Concertación para la Obra Pública (Cecop) y de la Secretaría de Salud, autorice los recursos para implementar acciones y obras vigiladas por la CEA.

El problema es que las decisiones de la CEA van muy ligadas a la política, con la alternancia de gobiernos y su situación financiera en números rojos, se ha imposibilitado concretar planes de acción.

En una entrevista realizada por la periodista sonorense Solangel Ochoa, Juan José Ramírez Lizárraga, activista y periodista ciudadano del puerto, mencionó que los únicos derramamientos de aguas negras atendidos en la entidad son los de sectores de alto poder adquisitivo donde viven políticos y funcionarios, como la playa Miramar, pero que toda la ciudad está inundada en ríos de drenaje.

Otro punto crítico a considerar es que Guaymas, ni San Carlos tienen una planta de tratamiento de aguas. En Guaymas, las aguas negras de 117,000 habitantes son bombeadas a la laguna de oxidación conocida como La Salada, en el sur de la ciudad.

Los tanques de agua residuales donde se almacenan las aguas negras del municipio dependen completamente de lagunas de oxidación, las cuales tratan el agua por la interacción natural de luz, algas, oxígeno y bacterias. Tras pasar por los cuatro estanques las aguas residuales se vierten al Mar de Cortés.

Ahora la CEA dice que las lagunas ya no son suficientes para manejar el volumen de aguas negras que recibe.

Los expertos son optimistas con las posibles soluciones

El mantenimiento regular del sistema de drenaje prevendría muchos de los derrames recurrentes en San Carlos y Guaymas, pero requeriría reemplazar las tuberías mal instaladas -que son bastantes- y las bombas de agua descompuestas.

Tanto San Carlos, como Guaymas y Empalme necesitarán plantas de tratamiento de aguas residuales modernas y mantenimiento básico para las descuidadas lagunas de oxidación.

Actualmente hay investigadores llevando a cabo un experimento en la laguna de oxidación La Salada para hacerla más efectiva. Los científicos, liderados por Jaqueline García Hernández, instalan humedales flotantes hechos de tules, que ya han mostrado una mejora significativa en la calidad del agua de los estanques.

Estrategias de filtración natural como esta cobran relevancia por largo y ancho del mundo utilizando el poder de las plantas y minerales para filtrar y descomponer los contaminantes en las aguas negras. Con una estrategia bien encaminada, García Hernández está convencida de que las aguas de la laguna de oxidación podrían algún día cumplir con normas mexicanas, incluso imagina la laguna como una potencial atracción turística.

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