Estos mini partidos, que no lograron sobrevivir a su primer proceso electoral buscan ahora resucitar, así lo alegaron ante el Tribunal Electoral, pues dicen ser víctimas de la pandemia y de la violencia, además de competir en desventaja por los retrasos del Instituto Nacional Electoral (INE).
Los tres partidos políticos alegan en sus impugnaciones que si hubieran tenido sus registros en junio como marca la ley, no solo alcanzarían el tres por ciento de la votación sino que incluso lo hubieran rebasado.
En las impugnaciones tanto el PES, como RSP y FxM alegaron que vivieron un proceso electoral diferente y destacan que otro factor que les impidió avanzar en igualdad de condiciones, fue la violencia, pues la compra de votos y sobre todo la presión de grupos del crimen organizado para coaccionar el voto, impidieron que la ciudadanía los marcaran en la boleta.
Si uno de los tres magistrados ponentes que analizarán las impugnaciones de cada partido, le da la razón al partido que están estudiando y se confirma que los meses de retraso con que se sumaron al proceso electoral fue determinante, más allá de que exista una gran diferencia de votos faltantes entre unos y otros, se deberá generar un efecto dominó que permitiría a los tres volver al sistema de partidos políticos.
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